En esta época en la que la situación económica de una inmensa mayoría es precaria, comienzan a florecer “negocios” por doquier y es válido me parece siempre y cuando se haga con responsabilidad, sin afectar a los demás, sin tratar mal a los clientes, sin pensar que es un ingreso extra y por lo pequeño que pudiera ser se minimiza, al contrario, si ya se tuvo el aplomo de empezar, pues... hay que hacerlo correctamente, con ganas, con actitud y con mucha fe. Y lo más importante, hacer algo que nos guste, algo que nos llene porque de esa manera le pondremos tanto cariño que al atender a nuestros clientes, se verá reflejado en calidad de atención.
Siento enorme tristeza el ver después de algunos meses que un negocio se cierra porque no funcionó; un negocio no es cualquier cosa, requiere de planeación y de un enorme esfuerzo al menos durante los primeros años, no es algo que reditúe de inmediato, pero como somos muy ansiosos, lo queremos todo rápido y así no funciona, un negocio se asemeja a cuidar un bebé, requiere de muchos cuidados, disciplina y administración y al paso del tiempo, esa semilla que sembramos y cuidamos, dará sus frutos...
Guillermo Lora Santos.
2003
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