Allan Falby

Ley de la sincronía inexplicable...

- El nacimiento del locutor: Allan Falby, "El motociclista de los Hertz" - Julio de 1996 / Hoy conocido como Tipster...

"Una noche de junio de 1930, Allan Falby, policía motorizado, persigue a un camión por exceso de velocidad. En una curva su motocicleta choca contra el camión y Falby sufre la rotura de una arteria de su pierna derecha...

Si Alfred Smith, el conductor del camión, no se hubiera parado para ayudarle haciéndole un torniquete, Falby hubiera muerto.

Una noche cinco años más tarde, Falby se encuentra patrullando de nuevo, recibe un mensaje por radio; un coche ha chocado contra un árbol en la Nacional 80. Llega antes que la ambulancia.

De una arteria abierta de su pierna derecha mana sangre abundantemente. Falby hace un torniquete y logra controlar la hemorragia. A continuación contempla el rostro de la víctima. Es Alfred Smith."

***************************************************************************************************

Vivo

Hoy me di cuenta de lo importante que soy, estoy vivo mientras que muchos no pudieron nacer y otros murieron; yo, tengo salud, mientras que otros están muy enfermos; puedo pensar, mientras que otros viven recluidos y alejados de la realidad; tengo que comer, mientras que otros buscan desperdicios entre la basura; tengo un techo y una cama en donde dormir, mientras que otros se cubren con periódicos y duermen a la intemperie; entonces…, si hay gente que no posee las ventajas que yo tengo, y en cambio le “echa muchas ganas” y sale adelante a pesar de todas las cosas que tiene en contra, ¿por qué yo no puedo?, ¿o es acaso que no quiero?

Por eso me di cuenta de lo importante que soy y de la importancia que tienen las bendiciones que poseo, sirven precisamente para esforzarme más, para ayudar a los demás, para ser mejor día con día y ayudar a mejorar mi entorno; sé que si no aprovecho todo lo que me fue dado, algún día lo voy a perder y entonces se lo darán a otro que si lo aproveche, que si comprenda para qué le fue dado y entonces nunca podré valorar lo importante que era…

Guillermo Lora Santos.

Octubre 2001.