lunes, 29 de marzo de 2010

Sobre el libro "El 68 Mexicano"

Recién finalicé la lectura del libro titulado "El 68 Mexicano", ensayo realizado por Raúl Gómez Miguel, Licenciado en Relaciones Internacionales por la UNAM y actualmente catedrático del IMP (Instituto de Mercadotecnia y Publicidad).

El libro al que hago mención, fue publicado en el año 2008 por Editorial Trillas y curiosamente a estas fechas no se encuentra dentro de las lecturas referentes a los acontecimientos relacionados directamente con el dos de octubre de 1968 y me parece un texto obligado porque nos plantea una panorámica de los hechos acontecidos que sin aportar datos nuevos, si aporta una forma objetiva e imparcial de los hechos, permitiendo que el lector además de gozar de una lectura dinámica, pueda comprender el contexto que rodeó a los hechos entre estudiantes y gobierno a finales de la década de los sesentas y que tantos mitos han creado.

Recomiendo el texto ampliamente para todos, para recordar, para identificar, para comprender y para reflexionar no sólo sobre esos acontecimientos, sino también de nuestra sociedad mexicana. Y aunque el texto se presenta como una "semblanza informativa" con dedicatoria a los jóvenes estudiantes de nivel medio superior, estoy seguro que quién sea que lo lea, le será muy significativo.

A continuación escribo algunos párrafos del libro que me parecieron representativos de la lectura que realicé y que espero sirvan como motivadores para invitarlos a leerlo.

"El movimiento estudiantil describió la faz del sistema y su política antidemocrática y represiva; su adecuación a los patronos y patrones económicos del exterior; su terquedad para no corregir los abusos de autoridad y, por tanto, la necesidad urgente de luchar a favor de un cambio."

"La heterogeneidad de los integrantes confirió al 68 matices ideológicos variados. La actuación del marxismo clásico, ortodoxo para una mejor referencia, y del pensamiento emanado al calor de los acontecimeintos roibaron el cuadro."

"Si alguien dudara de la autenticidad del movimiento, no tendría más que remitirse al tono festivo y la inconsciente temeridad que imprimían a sus más dramáticas decisiones, a los ingenuos procedimientos democráticos de sus asambleas y a los errores y torpezas que cometieron, para convencerse de que nadie con experiencia los dirigió. Fueron los frutos de la espontaneidad pura. De su salvadora soberbia. De su intransigente honestidad desdeñosa."

"El movimiento estudiantil mexicano de 1968 se ha desligado de la realidad objetiva para comenzar el tránsito hacia la leyenda y el mito. La Plaza de las Tres Culturas es un altar a la muerte de un sueño. Otro como tantos que el pueblo ha perdido. No es con oraciones ni con largas disertaciones eruditas como la libertad y la justicia se construyen. Es pertinente inventarlas con acciones El 68, insisto, es la cumbre de un proceso interrumpido, del cual, en cruel ironía, sobrevive la estampa y no la gestión."

Les dejo un abrazo esperando se interesen por la lectura del ensayo anterior.

Pd. Cada año sigo viendo pintas y escuchando la frase: "dos de octubre no se olvida" - y se escucha como un slogan más - como un cliché - como una moda - si entendiéramos lo que realmente pasó y eso lo transformamos en acciones, entonces la frase cobrará sentido, antes..., nunca.

Hasta la vista.

Guillermo Lora Santos
marzo 2010

domingo, 28 de marzo de 2010

La vida no es justa.



Cuántas veces no hemos escuchado la frase "la vida no es justa", inclusive la solemos decir como una forma de amortiguar en alguien los efectos de un hecho adverso, sin embargo pienso que ni siquiera al decirla nos damos cuenta de la trascendencia de esta frase cuyo autor desconozco; me parece que existe una completa irreflexión con respecto a este dicho que según mi experiencia, cobró mayor vigencia y popularidad en México de unos diez años a la fecha sin saber a ciencia cierta el por qué y que en este momento y para efectos de este ensayo no me interesa conocer, aunque en mi opinión tiene que ver con las circunstancias propias de la época de crisis económica mexicana.

A mis cuarenta y dos años de vida pueda afirmar por lo que he vivido que "la vida si es justa" pero tiene una forma de equilibrar intemporal, porque la justicia llega en el momento en el que menos lo esperas, porque la "vida te cobra las facturas" de los hechos anómalos cometidos y viceversa, empero, tenemos más presentes los efectos negativos que sus contrarios, y es justo cuando algo adverso nos acontece que relacionamos en nuestra memoria, cuando somos lo suficientemente reflexivos y honestos con nosotros mismos, los hechos presentes con los pasados y entendemos entonces que se está haciendo justicia, que la vida equilibró y asentimos y nos quedamos callados y nos queda claro el por qué de las situaciones...

Al final del día, el emitir juicios de valor no ayuda, si está bien o mal es lo de menos, la vida, si así la quieres llamar o Dios para muchos otros, termina equilibrando las cosas generando una homeostasis para que la vida continúe...(ver auto-regulación de los sistemas)

Muchos hablan de aceptar las cosas porque "así son" y nada más, que triste que con ese nivel tan simplista vayamos por la vida, viviendo por vivir; la reflexión es una capacidad racional del ser humano que nos hace diferentes a los animales y el no ocuparla nos deja como tales..., pienso que debemos trascender a esta mirada pensando en un "para qué" y no quedarnos solamente en el "por qué"...

La justicia siempre llega y como decía antes, no en el tiempo y tampoco en la forma en la que nos lo esperamos, pero siempre llega, así que cada vez que pase por tu mente la frase: "la vida no es justa", sonríe y vive buscando el bien común no con sentido común sino con amor.

Te mando un abrazo y que la justicia te llegue cuando así sea conveniente...

Guillermo Lora Santos / marzo 2010.

domingo, 21 de marzo de 2010

"Gritodromo"

“Árbitroooo…, la porra te saluda… fiu fiu fiu fiu fiu….” –así es la catarsis que se vive en los estadios, frases como “Ampayita…, ya llegó tu mamá…”, “si se puede – si se puede”, “en dónde están – en dónde están – esos %&/$%& - que nos iban a ganar???”, “que sí – que no – que cómo ch… no”, “Oy oy oy oy oy oy oy - el que no brinque es un $%&$% MARICÓN”, “Como No Te Voy A Querer - Como No Te Voy A Querer - Si Mi Corazón Azul Es - Y Mi Piel Dorada - Siempre Te Querré....”, se dejan escuchar entre otras muchas pero muchas más que el público asistente grita como un desahogo a toda la presión que va cargando y que es justamente a través de un grito o alarido que la libera…, presión que se genera por el aumento en los precios de productos y servicios, por la intolerancia de la autoridad a quien rendimos cuentas, porque el salario no alcanza, por los desmadres y desfiguros que hacen nuestros políticos y que nos afectan directamente, por la inseguridad y muchas otras cosas que nos acontecen todos los días, y ese grito no necesariamente es al portero, al entrenador, a la porra de enfrente, etc., ellos lo reciben, pero ese grito va dirigido al gobierno, al jefe inmediato, a los papás, a toda aquello que represente a la autoridad aplastante, tirana e intransigente que nos magulla y nos exacerba.

Es en los estadios en donde encontramos a nuestros pares que coinciden con nosotros y que requieren de desfogarse a través de una mentada de madre que nos ayuda a manera de terapia relajante y vigorizante a la vez… Es ahí donde se comparten preocupaciones y sentimientos coincidentes con miles de extraños que en ese momento nos parecen familiares… y compartimos ese grito anhelado de gooooool y aplaudimos y se nos olvida todo lo que nos aqueja y alcanzamos el éxtasis y por un momento todos mimetizados sonreímos y nuestro cuerpo con su respectiva alma se deslinda de todo el estrés.

El pago por el boleto para ver el espectáculo también nos confiere (aunque no lo diga el pase) un derecho a gritar, a sentir y a vibrar con ese alarido de guerra que cada tribu temporal (porra) tenga a bien sugerir y es justo a la voz de “chin… a su madre el que no grite” que gustosamente y de manera voluntaria nos adherimos…”Campeón si puedes tu con dios hablar pregúntale si yo alguna vez te he dejado de alentar....................”

Visto así, un grito en el estadio, cualquiera que éste fuese, no es una ofensa para nadie, es simplemente una voz que quiere ser escuchada, es un sonido que inicia para romper un silencio subyugante…, es un ”algo” que se manifiesta de forma con mucho fondo…, es nuestro coraje que se acumula y se va acumulando y que espero en un tiempo que me gustaría ver y vivir, se transforme en acciones que transformen a este querido y amado país.

Guillermo Lora Santos – febrero 2010.