El poeta que se volvió carpintero…
Él era un poeta, de los que
tienen el don de la palabra y una venturosa y vasta imaginación, decían que
podía expresar con palabras escritas lo que no podía hacer con la boca, era de
esos poetas que plasman los sueños propios y los de los demás en bellas
estrofas, mismas que deleitan la pupila y los sentimientos de los lectores que
tienen oportunidad de leerlas…
Era también además de poeta, un
soñador, muchos afirmaban que hasta era un visionario, todo lo que reflejaba en
sus escritos era digno de leerse, de gozarse y de hacer que la imaginación nos
llevara hasta esos lugares descritos por nuestro amigo el escritor…
Además, también escribía de la
realidad, de las cosas cotidianas, simples y extraordinarias que suceden en el
diario acontecer de todos nosotros, sus palabras siempre fueron una invitación
a la reflexión, eran también, en muchas ocasiones, indirectas que nos llegaban
con jiribilla directo a nuestro corazón porque nos identificábamos con ellas;
llegué a escuchar que alguna vez alguien mencionó, que parecía que estaban
hablando de él porque lo describía al cien por ciento…
Acuñaba también nuestro escribano,
frases motivacionales, de esas que inspiran, de esas que uno quiere guardar y
tenerlas a la mano para ese instante preciso de recordarlas…
Pero un buen día el poeta dejó de
escribir porque necesitaba comer, así que aprendió el oficio de la carpintería
y comenzó a trabajar para ganarse la vida y poder subsistir, era tan arduo el
trabajo que ya no le quedaba tiempo para escribir y jamás volvió a hacerlo.
Muchos de sus lectores quizás ya
no lo recuerden, muchos otros no lo conocerán, pero aquellos que todavía
recordamos sus escritos, en nuestra mente y corazón prevalecerán esas sensaciones
que al leerlo y recordarlo siempre existirán…
Guillermo Lora Santos - Tipster.
agosto de 2023.