Prestemos atención a la naturaleza y entonces comprenderemos que la vida no es tan complicada, nosotros la complicamos gracias a nuestro propio egoísmo y orgullo, el cual transmitimos con nuestras propias acciones y expresiones a todos los que nos rodean.
Darnos cuenta de que tenemos que cambiar no es suficiente, necesitamos decirlo, gritarlo a través de nuestras acciones diarias, al ayudar al anciano a cruzar la calle, a dar de comer al hambriento, vestir al desnudo, tratar bien a los demás, ser paciente al manejar y evitar enojarme porque los demás manejen mal... Olvidémonos de los demás y no esperemos a que ellos cambien para que nosotros lo hagamos, si estamos esperando eso, bien sabemos tú y yo que nos moriremos esperándolo; no seamos del montón, vamos a ser la diferencia haciendo lo que debemos hacer de la mejor manera posible.
Digamos a los demás que cambien... Pero no con palabras... Sino con nuestro comportamiento y trabajo diario, recordemos que decir es muy fácil, y lo que es fácilno vale la pena intentarlo.
Guillermo Lora Santos.
agosto-2001