No siempre se tienen las palabras precisas y no siempre se precisa de palabras...
En algunas ocasiones hablamos tanto que las palabras parecen ruido y el ruido aturde...
No siempre queremos escuchar ni queremos ser escuchados pero no queremos estar solos...
A veces olvidamos que la comunicación no se establece exclusivamente por los canales vocal y auditivo...
Son muchas las veces que relegamos a la percepción y pensamos que ésta sólo vive en el sonido.
Una ausencia de sonidos no siempre tenemos que interpretarla como mala, muchas veces los silencios son más estridentes y en otras más confortantes...
Porque cuando estamos juntos o distantes y las palabras entre nosotros habitan en el yermo, son los silencios entre uno y otro los que nos mantienen en contacto, comunicados a través de las sensaciones que recibimos, tú de mi, y yo de ti...
Por eso cuando el silencio se interponga entre nosotros, también hay que disfrutarlo como esa grande charla que tenemos usando todos nuestros miles o quizás millones de sentidos...
Shhhhhhhh.
Guillermo Lora Santos - Tipster
febrero 2011.
(este escrito fue inspirado el día de hoy por la mañana cuando le dije a mi hijo que se hubiera ido en el transporte escolar y en lugar de yo llevarlo, porque le comenté que a veces no platicamos nada y él me respondió, con esa sabirduría que tienen los pequeños: -"Pero vamos escuchando música juntos"). Gracias Dios porque me permites aprender algo nuevo cada día.
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